Durante la huelga general que siguió al golpe de Estado, cientos de personas fueron encarceladas, desbordando la capacidad de las comisarías de la capital del país. Debido a esto se improvisaron lugares donde alojarlos, destacando por su capacidad y tamaño el Cilindro Municipal, que era el estadio cerrado de basquetbol.
En 1976, se fugaron 4 militantes comunistas recluidos en sus instalaciones, lo que precipitó el cierre de este centro de detención y tortura. Durante años se continuó utilizando como estadio cerrado. En el año 2003, a iniciativa del PIT-CNT se colocó una placa recordatoria de ese lugar como cárcel de presos y presas políticas. Su deterioro progresivo provocó un colapso de su estructura y en el año 2014 fue definitivamente demolido, instancia en la cual se retiró la señalización. En ese predio hoy se erige el Antel Arena.