Paula tenía 23 meses de edad cuando fue secuestrada por un grupo de hombres armados junto a sus padres en Montevideo. El operativo ocurrió a primeras horas de la tarde a plena luz del día, en la intersección de las calles Fernández Crespo entre Mercedes y Uruguay
En 1983 Abuelas de Plaza de Mayo logra localizar a Paula, quien había sido inscripta como hija propia por el represor argentino Rubén Lavallen y su esposa, Raquel Leiró.
Una vez que se recuperó la institucionalidad democrática en Argentina, se iniciaron las acciones legales para que la niña recuperara su identidad. En junio de 1984 las pericias judiciales confirmaron la filiación de Paula; fue el primer caso en el que se utilizó material genético como prueba. Finalmente, el 13 de diciembre de 1984 se le restituyó a Paula su verdadera identidad y se vinculó con su abuela materna.
Sus padre Claudio y su madre Mónica que estaba embarazada, permanecen desaparecidos.