En esta nota el autor elige fortalecer la idea de que el desborde autoritario y criminal de las Fuerzas Armadas se sustenta en la persecución de la guerrilla tupamara. Se mencionan someramente las denuncias y las muertes bajo tortura, aunque se relativizan como excesos propios del enfrentamiento. El cronista se desdobla en un observador casi neutral, a pesar de referir que era un ministro cercano al dictador Bordaberry.
De hecho al referirse al asesinato bajo torturas del albañil Luis Batalla Piedrabuena, en el cuartel de Treinta y Tres, destaca inmediatamente que esto era "eclipsado por los éxitos militares".
"Arrecian las denuncias sobre malos tratos y torturas, que los éxitos militares eclipsan. El 22 de junio había sido interpelado el ministro Magnani, a raíz de la muerte del ciudadano Luis Batalla, en un cuartel de Treinta y Tres. Se adquiere la conciencia de que es víctima de la tortura; la Cámara reclama una investigación ‘y el público señalamiento de los culpables’.El ministro ha tratado de explicar la situación- en el contexto general de una ‘guerra sucia’. Y, aunque no lo dice, se queda conforme con la moción votada, pues temía una drástica censura".