En esta columna, publicada a escasas dos semanas del golpe de Estado del 27 de junio de 1973, Sanguinetti opta por desarrollar la idea de la insuficiencia de un cambio de constitución para enfrentar lo que, él no llama dictadura a pesar de la clausura del parlamento, sino crisis política. Informa sobre la iniciativa constitucionalista del recientemente formado Consejo de Estado que, en su opinión podría ayudar a reorganizar la institucionalidad pero no a resolver la crisis económica. Es interesante ver como el autor en esta columna previa a su serie de "crónicas" da cuenta de lo que la dictadura implicaba, un proyecto económico.
"Lo que importa es que se comprenda que no alcanza ya con remedios jurídicos para conjurar esta crisis; podrán ellos servir, por supuesto, para legitimar una salida política hoy o mañana, si el régimen lo buscara o la oposición pudiera imponerselo. Pero de nuevo se caerá en el vacío si el país no sale de los años de estancamiento económico y social que lleva".
También, como en cada uno de sus artículos en "La Opinión" elige las formas de ubicarse en un lugar protagónico y de visionario, en este caso a través de destacar largamente por su participación como diputado en los debates de la constitución de 1966.
"Quienes trabajamos en la Constitución de 1966 —yo fui uno de sus redactores y miembro informante en la Asambea General— lo hicimos con el ánimo cierto de que el país tenia un problema institucional y debía resolverlo, antes que los hechos precipitaran una quiebra total del orden jurídico".