Amelia tenía 41 años, estaba embarazada de su primer hijo, trabajaba como empleada en una editorial y militaba en el Partido Comunista del Uruguay.
El 2 de noviembre de 1977 es secuestrada en la calle. Su compañero y una amiga también son secuestrados en una ratonera montada en su casa, ellos reconocen su voz en el centro de detención y tortura de La Tablada.
Otra secuestrada escuchó como en una ocasión la llevaban al baño y le insistían en que se parara, Amelia respondía que no podía, a los días la llevaban nuevamente al piso donde estaba la sala de torturas al intentar resistirse fue duramente golpeada. Sus compañeros vuelven a escucharla.
Continúa desaparecida.