El Hospital Vilardebó, centro de referencia nacional para las internaciones psiquiátricas, contó con salas exclusivas para detenidos, por las cuales pasaron presos y presas políticas durante el accionar ilegítimo del Estado y la dictadura cívico militar. Esas internaciones, por las condiciones y abordajes fueron formas de continuidad del aislamento y la tortura física y psicológica.
Las internaciones en este centro por motivos de salud mental, al igual que las intervenciones médicas de la Sala 8 del Hospital Militar, forma parte de la participación de profesionales y técnicos de la salud en la práctica de la tortura. Es también reconocida la participación que tuvieron médicos en la tortura de presas/os políticos/as tanto en unidades militares como en centros clandestinos de detención y tortura.