Es uno de los principales acusados de ejecutar el asesinato y desaparición de María Claudia García de Gelmán.
Fue incialmente policía de la guardia de Granaderos y se integró a la operativa de inteligencia en la dictadura. Además de ser condenado en Uruguay y el extranjero por su participación en crímenes de lesa humanidad, fue procesado por delitos comunes, en 1995 junto a Gavazzo en 1995.
En prisión efectiva, goza del beneficio de salidas transitorias.