Aldo vivía en Carmelo (Colonia), estaba casado y tenía tres hijos pequeños. Era conocido en la ciudad por ser uno de los propietarios de la Heladería familiar "Perrini" ubicada frente a la plaza. Era un conocido simpatizante del Frente Amplio de esa ciudad.
La madrugada del 26 de febrero de 1974, efectivos de las Fuerzas Conjuntas lo sacan de su domicilio maniatado en un violento operativo represivo de detención que hacía varias semanas se desplegaba sobre decenas de jóvenes carmelitanos. El grupo detenido ese día es llevado primero a la Comisaría de Carmelo, a pocos metros de su heladería y luego al Batallón nº 4 de Infantería ubicado en la ciudad de Colonia del Sacramento.
En ese Batallón hombres y mujeres son sometidos a torturas y violencia sexual. Según los testimonios Aldo en determinado momento, estando de plantón y encapuchado, insulta a los militares que abusaban sexualmente de la jóvenes secuestradas. Como castigo recrudecen los golpes y castigos físicos hasta provocarle la muerte el 3 de marzo de ese año.
El crimen se mantuvo impune hasta que en 2010 los hijos de Aldo presentaron una denuncia judicial que produjo la investigación que identificó y logró la condena de dos de sus torturadores.