Este lugar funcionó como un centro de detención y torturas durante la dictadura cívico-militar.
Entre varios testimonios de personas que permanecieron por meses o incluso años en los calabozos de ese cuartel, se encuentra un grupo de personas que habiendo sidos secuestradas y torturas allí identificaron como un participante de las mismas al Dr. Vladimir Bracco, médico militar del Batallón. Fue denunciado ante la Comisión Nacional de ética Médica.
En agosto de 1985, la Asamblea General de la Federación Médica del Interior, decidió por unanimidad la expulsión de Bracco y el 28 de setiembre de 1985, el Tribunal Arbitral del Sindicato Médico del Uruguay hizo suyo el dictamen de la Comisión Nacional de Ética Médica expulsándolo de sus registros sociales.
Actualmente continúa funcionando allí el Batallón de Infantería No. 6.