Este lugar funcionó como centro de detención y torturas desde 1975 y hasta 1984. Las personas allí secuestradas permanecieron detenidas por semanas e incluso meses dentro de una cuadra del batallón y en una carpa militar ubicada para ese fin.
En ese lugar son asesinados por torturas Eduardo Mondello y Francisco Chocho Larrosa y desaparece Horacio Gelós Bonilla. Otra muerte vinculada a este centro de detención y torturas es la de Amelia Lavagna, quien según el expediente de la justicia militar asociado, se suicida en el marco de un operativo militar conducido en su hogar.
En el año 2009, en base al testimonio de un ex soldado que denunció una zona de enterramientos,se realizaron excavaciones por un grupo del equipo de antropología de la Facultad de Humanidades de la Universidad de la República, sin obtener resultados.
En junio de 2017 un grupo de ex presos políticos que estuvieron secuestrados en ese Batallón ingresaron con orden judicial para hacer un reconocimiento del lugar. Estas personas realizaron una denuncia colectiva por delitos de lesa humanidad cometidos desde 1975 en la que identifican tanto oficiales militares como médicos que participaron de las torturas.
En noviembre de 2018 la Fiscalía de crímenes de lesa humanidad, solicitó el procesamiento con prisión de dos militares retirados que revistieron en este Batallón, el teniente coronel Jorge Premoli, integrante del Organismo Coordinador de Operaciones Antisubversivas, y el teniente coronel Aquiles Moraes, jefe del Batallón Nº 4. Ambos imputados por el secuestro, asesinato por torturas y desaparición de Horacio Gelós Bonilla, en el año 1976.
En noviembre de 2018 se produce la señalización del espacio con una placa recordatoria por la ley 18596.