El semanario Posdata publicó en 1996 una entrevista a dos exintegrantes de los servicios de inteligencia del cuerpo de Fusileros Navales (FUSNA). Ambos participaron activamente en la represión durante la dictadura, al menos entre 1977 y 1979.
El relato, grabado durante seis horas, revela la coordinación represiva entre Uruguay, Argentina, Brasil y Paraguay en el marco del Plan Cóndor. Fue difundido en el número 85, del 26 de abril de 1996, como continuación de la nota “Secretos de la Dictadura”, publicada en enero de ese mismo año.
Los entrevistados eran dos exmilitantes políticos que, tras ser capturados, se convirtieron en colaboradores de la represión y participaron en torturas y tareas de inteligencia. En la publicación aparecen bajo seudónimos, aunque investigaciones posteriores los identifican como Fleming Julio Gallo Sconamiglio y Roberto Petrone Belderrain, quienes habrían accedido participar en la entrevista a cambio de dinero.
Aunque muchas afirmaciones deben tomarse con cautela porque pueden ser parciales o con distorsiones intencionadas, el valor del material radica en documentar al FUSNA como centro clandestino de detención y tortura, así como su coordinación con la ESMA argentina. Se detallan los vínculos entre el Servicio de Información de la Defensa (SID) uruguayo y el SIDE argentino, como responsables de la persecución de exiliados uruguayos en Buenos Aires y de buena parte de los desaparecidos uruguayos en ese país. También se mencionan visitas de oficiales como Alfredo Astiz y se confirma traslados clandestinos de prisioneros desde Uruguay hacia Argentina, así como los “traslados” semanales en la ESMA, donde los detenidos eran drogados y arrojados vivos al Río de la Plata.
Entre los episodios narrados se destacan la captura en Colonia del dirigente montonero De Gregorio, posteriormente desaparecido en la ESMA, los operativos coordinados en Argentina contra miembros de los Grupos de Acción Unificadoray el traslado de prisioneros uruguayos a Uruguay. La publicación evitó nombrar víctimas, aunque subrayó que unas 300 personas fueron sometidas a interrogatorios y torturas en el FUSNA durante ese período.