En un operativo en el que participan represores de la Policía Federal y el Ejército argentino, en el marco de la coordinación del Plan Cóndor, irrumpen violentamente en la casa familiar de la familia compuesta por Mario Roger Julien y Victoria Lucía Grisonas. En esa instancia Victoria de 1 año y medio es secuestrada junto a su hermano Anatole de 4 años, trasladados luego a varios centros clandestinos de detención y tortura de Argentina y Uruguay para finalmente ser abandonados en diciembre de 1976 en una plaza de la ciudad de Valparaíso en Chile.
Ambos niños son adoptados por un matrimonio chileno no vinculado a la represión y través de varias gestiones de su familia biológica de organizaciones de derechos humanos y con la colaboración de su familia adoptiva, recupera su identidad en 1979.
Sus padres biológicos permanecen desaparecidos.